jueves, 18 de febrero de 2016

INCLUSIÓN DOCENTE: ¿Es real o no?



Estimados lectores:

Hace algunos días en mi interior estalla el deseo de  compartir con ustedes una hermosa experiencia que tuve el año pasado en el contexto del cursado de una asignatura de Ética Profesional.

Dando inicio formal al inicio del cuatrimestre me percato que tengo un estudiante con discapacidad auditiva (término correcto, porque expresarse como sordomudos puede constituirse en una ofensa o mal trato, claro reconociendo que es el término regular que se usa en nuestra República).

El joven, que por razones obvias no voy a mencionar su nombre, siempre estuvo acompañado de su intérprete, utilizándolo como medio para poder comunicarse tanto conmigo como maestra como con sus compañeros,  un joven muy activo, proactivo en el curso y sobre todo con esa felicidad irradiada a través de su sonrisa y expresiones.

Yo trataba durante el proceso de que el mismo fuera lo suficientemente cómodo para todos, lo que no podía evitar era el extremado silencio que se sentía en el aula cuando el intervenía y como lo hacía.

En un momento realizamos una práctica de equipo, en ese momento él llegó unos minutos retrasados y todos los equipos estaban formados, le sugerí que se integrara en un equipo  de su elección,  los temas que estuvimos trabajando esa noche con los diferentes equipos fueron:

  • Código de convivencia en el curso.
  • Educación Humanista: Derecho a la Dignidad de las personas.
  • Comunidad universitaria: Conductas que dañan los derechos de los otros.
  • Género y universidad.
  • Ética y gestión Universitaria.
  • Responsabilidad Social Universitaria: Creación de Normas.
  • Responsabilidad Social Universitaria frente a grupos especiales.
  • Universidad y Discapacidad.


Este estudiante con discapacidad auditiva, entro en la discusión de los temas, Responsabilidad Social Universitaria frente a grupos especiales y Universidad y Discapacidad, en el que el reflexiona  en mi parafrásis:

Ciertamente siento que las instituciones realizan algunas acciones para ayudar a personas como yo, pero no las necesarias, porque las verdaderas son aquellas en la que se sienten en la piel en el día a día de nuestro desenvolvimiento universitario, en mi caso particular, de no poder mi familia costear un intérprete, no estaría yo en este momento y no gozaría de ser un estudiante meritorio y de poder tener otras oportunidades en el mañana;  no basta con un letrero donde se priorice nuestros derechos por tales discapacidades, amerita  que todos y todas reflexionemos, imaginenese ustedes en mi condición si estuviese una sirena informando que estoy en zona de peligro, pudiera hasta correr el riesgo de muerte porque no puedo escuchar.  Agradezco enormemente esta oportunidad y la preocupación de mi maestra, ya que no había sentido en el proceso docente una verdadera preocupación para mejorar mi estatus.

Como comprenderán esta y muchas otras conversaciones pudimos sostener durante estos cuatro hermosos meses, como descubrimos otros estudiantes en el aula que dominaban el lenguaje de señas,  y que pudieron comunicarse directamente con este estudiante y hacer el proceso mejor, yo como maestra hacia una y otra vez autorreflexiones y me pregunté muchas veces por qué nosotros los maestros no somos más activos  y buscamos verdaderos mecanismos que permitan incluir,   he comenzado a estudiar el lenguaje de señas, porque es una manera de aportar y de no repetir la historia, de también comunicarme a través de este medio para mis futuros estudiantes con este tipo de discapacidad;  como también lleve la voz a las autoridades universitarias porque podemos hacer más de lo que estamos haciendo.

Esa clase era semi presencial, comencé a indagar sobre software libres que permitieran también en la virtualidad hacer el proceso más inclusivo, comparto esta herramienta que puede ayudar en este tipo de procesos:



Un ingeniero colombiano ha desarrollado una herramienta gratuita en Internet que permite convertir el español en el lenguaje de señas que utilizan los sordos para suprimir las barreras entre oyentes y personas que presentan deficiencias auditivas.

El ingeniero de sistemas Jorge Enrique Leal presentó esta iniciativa como tesis de grado y en 2012 fue premiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el "Concurso I-LAB: Ideas Disruptivas".
"La intención es promover la inclusión de personas con deficiencia auditiva en procesos de aprendizaje o en las interacciones del día a día", apuntó Leal. La idea surgió después de que Leal tuviera contacto con una persona sorda que llegó al banco en el que él trabajaba hace 15 años y no pudo ser atendida porque los empleados desconocían el lenguaje de señas.

"Fue muy frustrante, siempre me causó impacto", relató Leal al explicar de dónde provino su idea y agregar que fue una fonoaudióloga quien le hizo entender "que las personas sordas viven aisladas en un mundo de oyentes".


Y término diciéndoles, siempre podemos aportar desde cualquier escenario, después de años de docencia me pregunto busco las herramientas necesarias para hacer los procesos docentes inclusivos o simplemente es una pantalla, les dejo la reflexión en su interior.

Nos seguimos leyendo.

Jenny Mago









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  Dra.  Jenny Mago   ScienceDirect es una plataforma electrónica fácil de usar que ofrece artículos en texto completo escritos por investiga...